“...De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.-San Juan 3:3
Esta pregunta parece fácil de contestar y lo puede ser, superficialmente, pero cuando analizamos la profundidad de ella, se convierte en un tema completamente distinto. En lo natural, un niño puede preguntarle a su madre embarazada: “¿De dónde vino mi hermanito?” Es muy simple que la madre le conteste: “Viene de Dios”. Si el niño fuese mayor, le daría una respuesta más profunda diciéndole: “Tu padre y yo tuvimos una relación matrimonial. La semilla vino de tu padre y concebí un hijo”. Por otro lado, hay muchas parejas que consuman la relación pero nunca conciben un hijo. Puede ser que la mujer no pueda concebir, o que no haya poder de vida en la semilla. Al comprender la esfera natural, entendemos la esfera espiritual. No quisiera que lo simple de Dios se hiciera complicado pero hay miles de personas que creen que son cristianas aunque no conocen a Dios, o podríamos decir que Dios no los conoce. Acuérdese que la escritura dice: “Profetizamos en tu nombre y echamos fuera demonios en tu nombre”. Pero la respuesta de Dios es: “Nunca los conocí”. Sé que la Biblia dice que Dios es omnisciente pero el conocimiento del cual Él habla es de una relación personal con Cristo, cuando estamos “casados” con él. Esta misma palabra, “conocer”, se usa cuando la Biblia menciona que José no “conoció” a María hasta después del nacimiento de Jesús. Esto está hablando de una relación matrimonial. Hay pastores que predican la Palabra, pero su semilla está muerta a causa de su incredulidad, falsas doctrinas o sus iniquidades. Hay otros que siguen a verdaderos hombres de Dios pero no se ve el Fruto del Espíritu en sus vidas. Esto es como un vientre estéril. Acuérdese que Jesús dijo que usted tendría que nacer de nuevo para heredar el reino de Dios.
Otra porción de la escritura a considerar es: “aquel que persevera hasta el fin será salvo”. Yo digo que no debe importar el tipo de fruto que usted pueda ver hoy, porque este no nos dice cual será el fruto final.
Meditemos un momento y pensemos en todas aquellas personas a las cuales les hemos testificado durante los años quienes aparentan ser salvos pero terminan regresando a los caminos del mundo. La Palabra dice que cuando ellos regresan al mundo, es manifiesto que no son de nosotros, lo cual significa que nunca nacieron de nuevo. Algunos dirían: “Ay no, solo tropezaron”. Pero Jesús dijo que él no ha perdido a ninguno y por lo tanto hay muchas cosas que considerar. He sido testigo de personas que han vivido como el diablo mismo y mirándole a los ojos le dirían a usted que han nacido de nuevo. ¡Esto no es fe!
Santiago dice: “Yo te enseñaré mi fe por medio de mis obras”. Usted ha nacido de nuevo por fe. Sabemos que sin fe no se puede conocer a Dios o verle. Así entonces, si usted tiene fe, hará obras de salvación. Yo sé que somos salvos por medio de la gracia y no por nuestras obras. Esto no significa que no hay obras sino que la fe produce tales obras. Usted puede obrar sin fe pero no puede tener una fe sin obras. Algunas religiones de nuestros días ofrecen una salvación sin un cambio de estilo de vida. Esto es un gravísimo error. Cuando analizamos la palabra “salvación” somos conscientes de que hemos sido salvos de algo. La Biblia nos enseña que hay que apartarnos del mundo. Cuando recibimos la llenura del Espíritu de Dios, recibimos poder. “¿Poder para qué?”, se preguntaría. Poder para salir del mundo y ser un pueblo apartado. Debemos adaptar nuestras vidas a que sigan la Biblia, no a que la Biblia se adapte a nuestras maneras de vivir. Cuando leemos la Biblia, encontramos que Jesús hizo discípulos. El término “disciplina” proviene de esta palabra “discípulo”. La vida de salvación es la vida de un soldado. Es una guerra continua en contra de principados y poderes de las tinieblas. Satanás es como un león rugiente buscando a quien devorar. La Palabra de Dios nos enseña a vestirnos con la armadura completa de Dios. Muchos que se dicen ser cristianos son tan tibios que no tienen puesta la armadura y no comprenden la guerra espiritual que ocurre. Muchas veces no son una amenaza para el reino de Satanás y entonces no toman parte en la guerra espiritual. Cuando usted empiece a arder para Dios es entonces cuando será una amenaza para el reino de Satanás y el peleará en contra suya.
Algunos nunca han experimentado esto. Algunos creen que porque son miembros de una iglesia o porque han hecho una oración, son salvos. Pero déjeme recordarle que aquel que persevera hasta el fin es el que será salvo. Si perseveramos hasta el fin, estamos batallando en contra del enemigo y las asechanzas del diablo. La Biblia nos dice que hay dolor al tener un parto. Cuando hablamos acerca de nacer de nuevo, eso significa que hay dolor al dar a luz los frutos de Cristo en nuestra vida. Así como una madre da a luz a un hijo, usted como parte de la esposa de Cristo tiene que dar a luz un hijo o no tendrá herencia. Pablo hizo una declaración diciendo: “Yo sufro dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros”. La Biblia también nos enseña que debemos encausar nuestro camino hacia el reino de Dios. Nos encomienda a examinarnos y estar seguros que habitamos dentro de la fe. La religión de estos días ofrece una salvación que no requiere dolor ni sacrificio. La Biblia dice que usted debe morir a sí mismo para que Él pueda vivir. Muy a menudo las personas quieren ser dueños de sus vidas y gozar al igual de la vida eterna pero usted tiene que perder su vida para tener la de Él.
La Palabra de Dios dice que si intenta salvar su vida, la perderá. Necesitamos apartarnos de ideologías (el estudio de sus propias ideas). No habrá de seguir sus propias ideas o la manera en que usted piensa que algo debe ser, sino que debe seguir lo que la palabra de Dios dice que es. Al profundizar en la Palabra de Dios, vemos que Su Palabra es Espíritu y verdad y la verdad de esta Palabra le librará. ¿Se cuestiona así mismo acerca de su salvación? ¿Cómo sabe que ha nacido de nuevo? Busquemos en la Biblia por nuestro ejemplo. Jesús encontró a sus discípulos y los guió. Pablo dijo: “Síganme así como yo sigo a Cristo”. Yo diría que usted buscara una buena iglesia que enseñe la sana doctrina con un hombre de Dios que este caminando con el Espíritu. Francamente, este tipo de hombres son difíciles de encontrar, pero ore y Dios le guiará. No le dejará ser engañado. Si usted es sincero, Él le guiará hacia toda la verdad. Necesitamos de convivencia para perseverar hasta el fin. La Biblia dice: “Sabes que hemos pasado de muerte a vida a causa del amor a nuestros hermanos”. También nos enseña a no olvidar congregarnos porque sabemos que la fe viene por escuchar la Palabra de Dios. Necesitamos una iglesia y a nuestros hermanos en Cristo. Piense en un soldado, parte de las fuerzas armadas y que está en un país extranjero, por sí solo. Él no es fuerte, pero cuando camina con su tropa, tiene fuerza. Uno puede asustar a mil, pero dos, a diez mil. Así cuando pensamos en este mundo, vemos que es de Satanás. Él es el príncipe y el que tiene poder sobre las potestades del aire. Necesitamos saber que necesitamos estar dentro del ejército de Dios. Encuentre su rango y posición, su lugar en el reino de Dios.
Yo se que estamos conversando acerca de nacer de nuevo y lo próximo puede sonar algo irrelevante, pero si se acuerda en el libro de Apocalipsis, se habla de la mujer que tenía dolores para dar a luz al niño que el dragón escarlata esperaba devorar. El punto aquí es que tan pronto usted nace de nuevo, el dragón escarlata (Satanás) está listo para devorarle. Esto significa que todos los que hemos nacido de nuevo somos ya parte de una guerra espiritual. Este es el sufrimiento que hace nacer a Cristo en nuestras vidas.
Espero y oro que este corto mensaje le ayude a crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, y le ayude a examinarse a sí mismo para saber si usted está en la fe. ¡Dios le bendiga!
Hermano Rob Coones
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